miércoles, 25 de mayo de 2011

De verdad que funcionan...

Los péndulos funcionan realmente! Muchos japoneses determinan el sexo de criaturas que aún no han nacido mediante la utilización de un péndulo, empleando para ello un anillo de oro suspendido de un pedazo de piolín o hilo, y sosteniéndolo sobre el estómago de la mujer emba­razada. La dirección o el tipo de movimiento indica el sexo de la criatura por nacer. Entre paréntesis, muchos chinos y japoneses utilizan un péndulo para establecer el sexo de los huevos.

Un aparato de radio usa la corriente eléctrica para re­producir el sonido emitido desde alguna estación distante. Los aparatos de televisión hacen lo propio para reproducir un simulacro aproximado de la imagen trasmitida desde una estación distante. De la misma manera, si se trata de buscar agua con una varilla o de utilizar un péndulo o cualquier otra cosa, debemos tener ante todo una fuente de corriente, y la mejor fuente de corriente que podemos utilizar es el cuerpo humano. Después de todo, nuestros cerebros son realmente baterías acumuladoras, conmuta­dores telefónicos y toda suerte de cosas similares. Pero lo más importante es que constituyen una fuente de corriente eléctrica que satisface todas nuestras necesidades y nos permite "detectar" los impulsos, haciendo de ese modo que un péndulo se sacuda, se arremoline, gire, oscile, o realice toda otra suerte de cosas extrañas. Por consiguien­te, para trabajar con un péndulo, debemos contar con un cuerpo humano, y un cuerpo humano viviente. No se puede atar un péndulo a un gancho y esperar que funcione, porque no habría una fuente de corriente. Tampoco serviría atar nuestro péndulo a un gancho y proporcionarle corriente, porque ésta debe tener impulsos que varían de acuerdo con el tipo de acción deseado. Así como en la radio aparecen notas altas, notas bajas, notas fuertes y notas suaves, también con un péndulo debe te­nerse la necesaria variación de corriente para hacer "lo necesario".

¿Quién hará variar la corriente? Por supuesto, el súper-yo, el más brillante ciudadano que tenemos en torno de nosotros. Usted que lee esto sólo es consciente en una décima parte, de modo que, conociéndose a sí mismo, piense en lo brillante que sería si pudiera poner de manifiesto las restantes nueve décimas partes de la conciencia. Usted puede, por cierto, reclutar a su secretario, el subconsciente, que es brillante: conoce todo lo que usted ha conocido, puede hacer todo lo que usted podría hacer, y recordar todo incidente particular desde mucho antes de su nacimiento. Por consiguiente, si pudiera llegar a su sub­consciente, usted llegaría a conocer una enorme cantidad de cosas. Usted con práctica y con confianza, puede alcan­zar su subconsciente, que también puede entrar en con­tacto con otras mentes subconscientes. En verdad, no hay límites para los poderes de la mente subconsciente y, cuando ella se alía con otras similares, entonces se obtie­nen resultados positivos. No podemos simplemente llamar a un número telefónico y solicitar hablar con nuestro subconsciente, porque debemos considerar esa mente como algo similar a un pro­fesor muy distraído que constantemente está ordenando, acumulando y adquiriendo conocimientos, tan ocupado que no puede preocuparse por otras personas. Si se lo molesta lo suficiente en la forma más cortés, entonces tal vez responda a sus requerimientos. Por consiguiente se debe, ante todo, familiarizarse con el subconsciente. Toda la cuestión reside en que éste es la mayor parte de usted mismo, la parte más considerable de usted mismo, por lo cual le sugiero que le dé un nombre. Llámelo como quiera con tal de que el nombre sea aceptable para usted. Suponiendo que sea masculino, se podría (sólo como ilustración) utilizar el nombre de "Jorge". O, si se trata del subcons­ciente de una mujer, entonces se podría decir "Geor­gina". Toda la cuestión reside en que usted debe tener algún nombre definido que enlaza inseparablemente con su subconsciente. Así, cuando quiere entrar en contacto con él, podría decir por ejemplo: "Jorge, Jorge, necesito mucho su ayuda, quiero que trabaje conmigo, quiero que... (aquí especifica lo que quiere) y recuerde, Jorge, que en realidad somos una unidad y lo que usted hace por mí lo hace también por sí mismo". Esto debe repetirse lenta y cuidadosamente, y con una gran concentración. Repítalo tres veces.

1 comentario:

  1. Pools & Casino, Las Vegas, Nevada - Mapyro
    Looking for a place to stay at the Pools & Casino? 제천 출장샵 Mapyro 울산광역 출장안마 Vacation Rentals & Deals 충청북도 출장마사지 from Mapyro Vacation Rentals. Search through hundreds 남양주 출장마사지 of 속초 출장안마 listings,  Rating: 7.5/10 · ‎918 votes · ‎Price range: $

    ResponderEliminar